Por tercer año consecutivo, intentando hacer hábito como el niño que antes de llegar a los brazos de Morfeo sabe que sin el beso cálido de los labios mamá no se puede dormir, se ha puesto en marcha la felicitación a un desconocido; Con el entusiasta atrevimiento de los antiguos y los nuevos inquilinos en la mansión del “¡porque no!”; con algunas viviendas vacías por vacaciones, esperando con ansias a sus inquilinos a la vuelta de la esquina.
Y es que sigue siendo igual de emocionante, ver cómo se desprende la energía positiva de desear un pensamiento positivo a quien no conoces, por el simple hecho de regalar a la inmensidad del universo un poco más de luz. Pues tal y como cuenta la dedicatoria de la postal cualquier mínimo acto de amor es tan grandioso como queramos… o es que acaso un botón por pequeño que sea no cumple una misión; y cuando lo perdemos ¿no lo buscamos desesperadamente a nuestro alrededor?
Aquí les dejo una muestra de las tarjetas creadas este año que, ya desde el año pasado y siguiendo las indicaciones de un buen amigo, son iguales pero distintas, es decir un mismo diseño en distinto color. Los que me conocen saben que no me gustan las cosas recargadas, ni las mezclas de colores, que soy de combinaciones de colores pares y relieves. He usado dos plantillas de repujado (que por supuesto han sido compradas en Maragá: para ellas también un pensamiento positivo) sobre cartulina metalizada.
Mis mejores deseos para todos aquellos que han participado este año en la aventura de “Felicita a un desconocido” y para los que no han participado también; deseando que se cumplan sus mejores sueños.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.
Pili